La historia de los naufragios tiene singularidad en Colonia del Sacramento, Uruguay.

Si bien es cierto que todo el Estuario del Río de la Plata es rico en historias de naufragios desde que los primeros conquistadores llegaron a éstas tierras, también lo es, que Colonia del Sacramento, por su particular ubicación, y por los fenómenos costeros  relativos a la conformación geológica de sus suelos y fondos han coadyuvado a ser un sitio de naufragios, incluso de desapariciones de embarcaciones sin dejar rastros.

Del mismo modo que los accidentes geográficos fueron un motor de esos naufragios, otros factores también han ayudado a que ocurrieran los naufragios. Por ejemplo, durante el siglo 19 se produjeron muchos naufragios en horas de la noche y fue así que en el año 1855 se decidió colocar un faro que permitiera a los navegantes tomar mejor ubicación en sus mapas de navegación para atracar en el Puerto.

El Faro de Colonia del Sacramento se ubica en el casco histórico y se encuentra en muy buen estado de conservación a pesar de sus 163 años de antigüedad. El faro se halla asentado sobre la ruinas del Convento de San Francisco Xavier.

Los naufragios encierran historias de botines, tesoros, joyas, vasijas y lo dramático de esas terribles situaciones, porque los barcos que se fueron a pique se llevaron en muchos casos las vidas de sus marineros, o pasajeros o deportistas. Existen historias de rescates, salvamentos, tragedias y otros sinsabores.

En el Barrio Real de San Carlos, extremo Norte de Colonia existe un Museo de Los Náufragos y Tesoros, que si bien carece del rigor científico que debe tener un museo, existe allí suficiente material de interés para el viajero ávido de conocimiento de éstas increibles historias.

Los amantes de los naufragios ya saben que hay una historia de corbetas y galeones hundidos, tesoros perdidos en las costas de Colonia. Sólo es cuestión de buscar y encontrar, a tan sólo 45' de Buenos Aires.