CULTURA

MILONGA SENTIMENTAL

Era lunes de práctica, víspera de feriado. El lugar explotaba. Cuando pregunté el nombre: "Cusca Risun". Volví a preguntar porque yo al Cusca Risun lo conocía y era de Almagro. Resentenciaron “Cusca Risun San Telmo”.


Por Candelaria Lighezzolo, sommelier

Milonga, dije de una. “En realidad es una práctica” me corrigieron y se me escapó una disculpa por lo bajo. Supongo que a la ignorancia lo que menos le gusta es quedar expuesta y aun así me quedé con la incógnita de cuál es la diferencia entre práctica y milonga. Desacomodada en los tiempos pensé que la milonga tal vez era algo tradicional, conservador. Y la práctica, lo relajado, luego de la clase vas y bailás.

Logré conectarme con el tango solo cuando lo bailé. Nunca llegué a la categoría de glosar la orquesta que suena y las rondas que prefiero, pero las milongas tienen ese hechizo de otro tiempo que no se perdió. Es como si tuvieran la gama completa de efectos que usamos para editar una foto con nuestro celular. Sepia, nostalgia, antiguo, arte pop, lápiz mágico, viñetas.

Cusca Risum San Telmo es un resto-Bar cultural y se lo puede palpar desde la primera impresión. Un espacio criollo, rústico y centenario. Salón a lo largo, techos altos y antiguos de paredes abovedadas. Cuando asoma la "práctica" la pista es algo angosta pero no parece ser un inconveniente, en el tumulto que se desplaza al 2x4 entre abrazos se puede descifrar un clima de sentimiento que genera envidia. En la barra tipo pulpería podés beber algunos tragos clásicos y de ahora, incluso vino regional en jarra. Paréntesis, aquí recomiendo probar el blanco torrontés de la Bodega Domingo Hermanos nacido en Cafayate-Salta.

Los lunes son de tango, pero la semana sigue y las propuestas se multiplican en zoo de poetas, orquestas, folklore  -sí, de ese delicioso que se corre la voz - y más tango. Y como es cultural, su menú viene con el mismo mensaje,  una carta diversa que saluda con títulos cero estructurados y mucha identidad "algo para picar" de tablas que donde comen tres comen cuatro con cazuelitas, tortilla de papa y omellet, "algo rápido" ahí salen las pizzas y empanadas, "algo excepcional" con los célebres y no tan fáciles de encontrar platos regionales, humita en chala, locro, tamales y la cazuela de cerdo con puré de batata, entre otros. Y los domingos cuando las calles se llenan por completo de paseo los bocados salen a la parrilla, ojota, sólo los domingos al mediodía.

Si sos de los que frecuentan estas “prácticas” no vas a dejar de ir, si no pertenecés a la tribu vale la pena pasar por la experiencia, si sos de afuera y este barrio añejo está en tu itinerario… pecaminoso no pasar por Cusca.

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