Con 79.000 habitantes, Mercedes se ubica en el rango de ciudad. Aun así, los mercedinos dicen que es un pueblo porque conserva el estilo de vida dilatado, con su infaltable dicho “acá nos conocemos todos”.
Sin embargo, ofrece algunos de los atractivos de las grandes ciudades. Conocida por producir uno de los mejores salames del país, fue fundada en el año 1865, tiene uno de los 19 departamentos judiciales en los que está dividida la Provincia de Buenos Aires y un penal que data de 1877.
Está a 96 kilómetros al oeste de Capital Federal, distancia ideal para hacer un ida y vuelta, o quedarse una noche a dormir. También dos.
Mercedes es la cabecera del partido con nombre homónimo, que tiene otras nueve localidades: La Verde, San Jacinto, Altamira, apodado como “el pueblo lento”, Tomás Jofré, Agote, Gowland, Goldney, García y La Florida. Cada una con algo que la distingue: un Observatorio para mirar el impactante cielo rural en La Florida; el Bar de Curly, la Ex Fábrica Corinema y el Hotel de Campo Santa María, con veinte años de trayectoria, en la localidad de Altamira, la Granja Champs Élysées en Goldney, un proyecto de quesos de cabra que llevan adelante una francesa y un argentino.
En Mercedes, la ciudad propiamente dicha, hay otros tantos rincones para visitar como la tradicional heladería Aloisio; la pulpería Cacho Di Catarina con buena gastronomía de bodegón y dos sillas en las que nadie se quiere sentar; la estación de tren La Trocha, la iglesia San Patricio –inaugurada en 1932 y perteneciente a la orden palotina– con su imponente órgano y el fabuloso restaurante Lamaloka, único por su gastronomía en toda la línea que recorre la RN5. Y lo que siempre se busca cuando se hace una escapada así: vegetación frondosa, árboles que den sombra, el gran Parque Municipal al lado del Río Luján.
Todo esto en Mercedes, sumado a sus dos grandes eventos: la Fiesta de la Cerveza y la tradicional Fiesta del Salame.