DESTINOS

Los encantos de Jericoacoara, sus playas vecinas y su verano eterno

"Jeri" ofrece playas para todos los gustos, dunas que cambian de lugar, viento que ameniza el calor y excursiones en buggy. Pero tiene algo aún mejor: vecinos exuberantes, donde la naturaleza habla más alto en medio del clima tropical.

Por su cercanía con el Ecuador, el litoral del Noreste de Brasil es lo más parecido al Caribe, aunque sin huracanes ni sargazo. El estado de Ceará -uno de los nueve que conforman la región- tiene una extensión similar a la de Austria, con clima semiárido, pero muchísima biodiversidad.

El viaje (¡más de 5000 km de Buenos Aires!) no es breve, pero el cambio de aire será más que notable: el clima promedia los 27 °C, el viento modera la sensación de humedad y la infraestructura de atención al turismo es diversa y eficiente. Ceará es uno de esos destinos casi desconocidos para los extranjeros, pero muy buscado por los brasileños, entre otras razones porque sus precios son entre 15% y 20% más baratos que los de circuitos playeros de las vecinas Pernambuco y Bahía. Algunas de las mejores opciones para disfrutar del litoral cearense, a continuación.

JericoacoaraCeará tiene dos parques nacionales cuyos nombres riman, Ubajara y Jericoacoara, este último el más conocido fuera de Brasil por sus postales de hamacas sumergidas y la escultura natural de la Pedra Furada. El centro de la ciudad queda a ólo 33 km del Aeropuerto de Jericoacoara, un detalle que no es menor: desde que tiene un acceso aéreo cercano, "Jeri" pasó de ser una villa de pescadores con alojamientos rústicos, a un emporio de miles de visitantes por día, donde los paseos en buggy o cuatriciclo por las dunas, los "beach clubs", alquiler destand-up paddle, práctica de windsurf y paseos para ver las reservas de caballitos de mar están a disposición, mientras al atardecer se multiplican las opciones de paradores con música y fiesta (detalle a tomar en cuenta a la hora de elegir alojamiento cerca de la movida nocturna).

Jericoacoara puede disfrutarse con caminatas y reposeras frente al mar, pero también con agitados recorridos por sus dunas y lagunas. Las agencias de turismo (también las posadas y los stands en la calle) ofrecen dos tipos de circuitos, el este y el oeste, que duran entre 5 y 6 horas, con paradas en dunas y lagunas, además de pausa para almorzar. Los precios son fijos y rondan los u$s 21,00 por persona si el paseo es en buggy; u$s 14,00 si es en jardineira (una camioneta con remolque) y cerca de u$s 80,00 en cuatriciclo, donde entran hasta dos personas y van dirigidos por un guía que va señalando el recorrido. Toboganes de arena, tirolesa, skibunda y actividades similares que aparezcan durante el paseo se pagan aparte. Y para quienes no quieren embarcarse en recorridos, están los paseos hasta las atracciones cercanas como Lagoa do Paraíso, Lagoa Azul o Buraco Azul (todas con paradores muy cómodos y buenos restaurantes); el transfer ida y vuelta desde el centro de Jeri sale unos 15 dólares por persona. Conviene pagar la tasa de acceso al Parque Nacional (u$s 8,00) por anticipado, para no perder tiempo en filas.

Playa de CumbucoLa avenida Beira Mar -en la zona más céntrica de la capital, Fortaleza- posee una amplia oferta hotelera y de entretenimiento. Sus playas, sin embargo, no son las mejores. Alejándose un poco, a sólo 40 km del Aeropuerto Internacional Pinto Martins, la playa de Cumbuco cuenta con mar limpio, buena oferta hotelera, clubes de playa, mercado de artesanía y movida permanente. El lugar es un punto de encuentro -nacional e internacional- para quienes practican kitesurf, ya que los vientos alisios hacen el resto (no en vano, Ceará es el mayor productor de energía eólica de Brasil). La actividad de la playa gira alrededor del kitesurf, pero hay lugar para profesionales y también para los aficionados.

Playa de Mundaú A 150 km de Fortaleza, en la costa oeste de Ceará, está el pueblo de Mundaú. Menos accesible y con aire de haberse quedado en el tiempo, Mundaú suma playa, arrecifes de coral que forman piscinas naturales, ríos, dunas y una amplia oferta de atracciones para turistas. A los paseos en lanchas y catamaranes, se suma el divertido skibunda (como el culipatín, pero en arena), toboganes en las dunas y hermosos miradores del atardecer.

Playa de PreáA 245 km de Fortaleza (por lo que los visitantes pueden llegar a través del vecino y más chico Aeropuerto de Jericoacoara), en el municipio de Cruz, está el pequeño pueblo de Preá. Se trata de un paraíso natural elegido por cientos de kitesurfistas de todo el mundo para aprovechar las playas con viento constante, arena blanca, lagos y atardeceres de cielo límpido. Con su localización al norte de América del Sur, Ceará recibe vientos que vienen de los trópicos hacia la línea del Ecuador y que en la costa se potencian cuando se unen a la brisa marina. De julio a enero, los vientos favorecen la práctica de deportes náuticos y hacen de este período la temporada alta de turismo. Pero ojo, no se trata de un destino exclusivo para la "tribu" de los deportistas, porque predomina el ambiente familiar; eso sí: la mayoría aprovecha para tomar las clases de kitesurf que se ofrecen (para todas las edades) en las posadas y playas a precios promedio de 45 a 65 dólares por hora.


Cómo llegar: Brasil cuenta con 230 vuelos semanales desde la Argentina, y conexiones diarias a Fortaleza. Los vuelos a la capital de Ceará son más baratos que llegar al aeropuerto de Jericoacoara, pero el transfer se hace más liviano ya que desde la capital el transfer es de 300 km hasta Jericoacoara.


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