Al llegar a este rincón de Traslasierras se viven una mezcla de sensaciones: paz, relax, descanso, todo lo necesario para hacer una pausa, sobre todo para los habitantes de las grandes ciudades.
Desde hace algunos años se ha convertido en un destino que tiene algunas singularidades. Los alojamientos en su mayoría son cabañas con diferentes opciones tanto para familias como pareja lo cual permite que no solo sea una opción de temporada alta sino de todo el año. También es un destino elegido por nómades digitales, o sea, personas que trabajan de manera remota, que encuentran en la Población la tranquilidad y las condiciones técnicas para cumplir con sus tareas.
Este destino ofrece además diferentes expresiones artísticas como lo son la orfebrería de líneas simples con piezas únicas, el atelier de un artista que se destacó por reflejar en sus obras el paisajismo y el costumbrismo, entre otras opciones.
Mientras que, a la hora de querer disfrutar de la vida en la naturaleza, el destino ofrece opciones de senderismo con diferentes niveles de exigencia, apreciar vistas únicas de este valle y respirar un aire inigualable.
Se suma a los atractivos ya expuestos la posibilidad de recorrer una plantación de lavanda únicas en el corredor y conocer sobre las innumerables propiedades que tiene esta aromática y degustar unos ricos blends de lavanda con diferentes hierbas de la zona.
En materia de gastronomía cuenta con una carta variada en diferentes restaurantes de alto nivel y además se puede disfrutar de la estrella de la zona que es la panificación en masa madre que ofrece productos salados y dulces, realizados con esta técnica ancestral.
Finalmente es importante recordar que algunos emprendimientos de La Población se han sumado a la Cámara de Turismo de San Javier para posicionar el destino y el corredor traserrano. Cabe recordar que este ente está conformado por hoteleros, propietarios de cabañas, restaurantes y comercios, además de artistas plásticos, entre otros referentes.