GOURMET

LA PECORA NERA GRILL

Daniel Hansen no deja nada librado al azar y trabaja en sus restaurantes con la pasión de un artista, no sólo en el diseño de los platos y el trabajo diario en la cocina, sino también en la decoración, en el entrenamiento del personal, y en los objetos y detalles que hacen de sus propuestas garantías de excelencia. La Pecora Nera Grill es un nuevo eslabón en esta cadena de lujo, que se suma al ya clásico y premiado restaurante italiano La Pecora Nera.

Tras 28 años en la cocina, desde el nacimiento de Sette Bacco y luego con La Pecora Nera, el chef Daniel Hansen ahora suma una nueva opción de cocina argentina con este steak house ubicado en Rodríguez Peña 1967, entre Alvear y Posadas, en el barrio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de una casa de carnes de novillo seleccionadas, las mejores del país, en un ambiente sobrio, elegante, con el estilo y la atención que caracteriza a La Pecora Nera. Una parrilla donde sólo se asan cortes premium madurados por lo menos durante 30 días.

Se ingresa por una gran puerta de vidrio. Hacia la derecha hay una sala donde se ubica la barra en la que se sirven reversiones de clásicos y el cóctel de la casa, La Pecora Spritz, un Aperol Spritz con jarabe de cítricos. Un espacio en el que se crea un ambiente de charla y distensión antes de pasar al restaurante. Un corredor con pisos y paredes de mármol conducen hasta el salón comedor donde la madera y diferentes tipos de cueros son los elementos dominantes de la decoración. En el techo vidriado, sobre las mesas, reina una gran araña holandesa.

Con amplias mesas y espacio libre que brinda privacidad e intimidad a los comensales, el salón ofrece 62 cubiertos. Las sillas son de madera, los manteles de cuero, y los cuchillos de carne están hechos por manos artesanas de Tandil. De noche la luz es tenue, suficiente y exacta. Pero de día, el techo vidriado permite que la iluminación sea natural. Según Daniel Hansen: "Busqué calidez, que todo el entorno sea agradable, que invite a relajarse y charlar. Si hay algo en lo que me empeño, es en que el cliente tenga una buena experiencia desde que llama por teléfono para reservar hasta que se lo despide hasta la próxima vez. Y este cuidado se refleja tanto en la atención como en la cocina".

Daniel Hansen es el chef ejecutivo de La Pecora Nera Grill, pero también es el artífice, el hombre detrás de los tapizados, las cortinas, las maderas, la pintura y la luz. "Yo me considero un artesano en lo que hago. Primero pienso y transformo en la cabeza, y después lo plasmo, lo hago realidad. Mi cabeza no descansa, siempre estoy cocinando en mi cabeza, como cuando empecé".

Entre las carnes se destaca el ojo de bife, la entraña y la picaña, que siempre tienen un estacionamiento de por lo menos 30 días a una determinada temperatura y humedad para que queden tiernas y exquisitas. Se sirven acompañadas de papines jujeños, por ejemplo, que son cocinados en horno con salvia, romero y tomillo; o con ensaladas de hojas y cebolla curada con limón; o con palta y aderezo de cítricos. También hay empanadas jujeñas, pulpo confitado y a la mesa llega un pan de campo, amasado en el día con masa madre, que se acompaña con manteca y sal marina.

Los postres merecen un párrafo aparte con los grandes tradicionales argentinos: panqueque de dulce de leche, tiramisú y flan de dulce de leche, receta de autor del propio Daniel Hansen. También hay helados de dulce de leche, chocolate y naranja y chocolate y frambuesas. Además, un sorbete de albahaca que se ofrece de cortesía al final de la cena. La carta de vinos es más bien exclusiva, con una selección de etiquetas probadas y aprobadas. El café es italiano.

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