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La historia del carnaval de Brasil, alegría y brillo

El 17 de febrero comienza el carnaval de Brasil, que todo el país festejará hasta el 25 de este mes. Se trata de uno de sus principales eventos culturales que este país sudamericano celebra cada año en los meses de febrero o marzo.

 

Origen

 

Como regla general, el carnaval se planifica de manera que su último día caiga en martes, antes de la Cuaresma católica de 40 días. La palabra "carnaval" podría provenir del latín "carnevale", "adiós a la carne", que indica el último día antes del ayuno).

La historia del carnaval brasileño está conectada con la llegada de los colonos portugueses a Sudamérica. En el siglo XVI organizaron una procesión denominada "entrudo" antes de la Cuaresma (del latín "introitus", que significa "principio"). Se tiraban agua, harina y hollín, que simbolizaban la riqueza, la abundancia y la saciedad.

Al combinar ese evento con tradiciones indias, africanas y europeas, la fiesta comenzó a adquirir sus características propias y se convirtió en un festival de vestidos y bailes. El fortalecimiento de su componente de expresión corporal provocó el surgimiento de numerosas sociedades y clubes de carnaval. Inicialmente, sus miembros celebraban bailes en salones cerrados, pero se incorporaron a las fiestas callejeras en 1867.

En aquella época, los representantes de la alta sociedad preferían bailar la polca, siguiendo la moda europea. A principios del siglo XX esta danza compitió con el vals, la mazurca, el maxixe brasileño, la habanera cubana y otras danzas. En 1917, la samba se convirtió en parte del carnaval por primera vez. Este baile de origen africano ganó popularidad con rapidez. La primera escuela de samba Deixa Falar, se creó en 1928. La primera procesión oficial de escuelas de samba tuvo lugar en Río de Janeiro en 1932. A mediados de la década de 1930, la samba reemplazó a otros bailes.

 

Carnaval en Río de Janeiro

 

El carnaval de Brasil es un evento nacional, ya que se celebra en ciudades de todo el país: Sao Paulo, Recife, Salvador, etc. Sin embargo, el más famoso y colorido es el de Río de Janeiro. En estos días, la vida de esta urbe se rige por un cronograma de desfiles de disfraces y espectáculos de danza, por lo que las autoridades bloquean las vías principales y anuncian festivos adicionales. La tradición establece que se realizan multitudinarios desfiles por sus calles días antes del inicio oficial de la festividad, procesiones que se denominan "carnaval callejero".

El primer día, el alcalde de Río de Janeiro entrega las llaves simbólicas de la ciudad al "rey del carnaval Momo". Normalmente, asume este papel un hombre corpulento, bonachón y alegre. Después, comienzan los bailes y se celebran mascaradas y fiestas. La culminación es es el desfile de las 12 mejores escuelas de samba, seis el primer día y otras seis el segundo. Desde 1984, este espectáculo tiene lugar en el Sambódromo del Marqués de Sapucaí, diseñado por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. El lugar posee una plataforma que mide 700 metros de largo y 13 de ancho, además de unas gradas con tres pisos de altura que albergan hasta 75.000 espectadores.

Las procesiones están encabezadas por carros coloridos con las "reinas" de los colegios y las mejores bailarinas, seguidas de profesores de samba, bailarines famosos, artistas y atletas. Los sambistas bailan alrededor de enormes muñecas que se erigen en el centro de la columna. Varios miles de bailarines participan en cada procesión. El requisito general para los participantes es preservar el estilo nacional brasileño en su vestimenta y baile. La presentación de cada escuela dura de 65 a 75 minutos y debe estar dedicada a un tema. Un jurado compuesto por 40 personas (celebridades, músicos, artistas, arquitectos y periodistas) evalúa su actuación en una escala de 1 a 10 puntos. Los seis colegios con mejores puntuaciones repiten su actuación el sábado en "el desfile de los campeones". Pocos días después del final de los festejos comienzan los preparativos para el siguiente carnaval.

 

Ingresos

 

El carnaval de Brasil atrae a turistas de todo el mundo y genera muchos ingresos para el país. En 2019, más de 1,6 millones de personas visitaron el festival en Río de Janeiro. En 2020, fueron 2,1 millones de individuos, de los cuales casi una cuarta parte eran extranjeros. En 2021, el carnaval se canceló debido a la pandemia de COVID-19. En 2022, las autoridades de muchas urbes se negaron a realizar desfiles debido a la situación sanitaria, pero las escuelas de samba de Sao Paulo y Río de Janeiro sí celebraron procesiones. El año pasado, el carnaval se llevó a cabo más tarde de lo habitual, comenzó el 20 de abril, debido a la propagación de la cepa ómicron del coronavirus.

En 2019, los ingresos del carnaval se acercaron a los 6.700 millones de reales (unos 1.400 millones de dólares), de los cuales la mitad provino de Río de Janeiro. En 2020, esta metrópoli recaudó 4.000 millones de reales (unos 860 millones de dólares), mientras que el país en su conjunto obtuvo 8.400 millones de reales (1.600 millones de dólares).

En 2023, el carnaval se celebrará de nuevo en las fechas tradicionales. Se espera que genere 4.500 millones de reales (unos 870 millones de dólares) en Río de Janeiro y más de 8.000 millones de reales (1.500 millones de dólares) a todo Brasil. El Ministerio de Turismo brasileño estima que podría llegar a 46 millones de visitantes. Los precios de las entradas oscilan entre 51,6 y 6.100 reales (entre 10 y 1.194 dólares).

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