De paladares exigentes, y fieles creyentes del potencial de las recetas típicas nacionales, Andrea y Denisse Gutiérrez apuestan por su primer emprendimiento familiar.
La cocina las conecta con sus recuerdos de infancia, cuando Denisse probaba ‘los experimentos’ (como ella dice) que su hermana mayor, Andrea, creaba con los ingredientes que tenían en la refrigeradora.
De personalidades y profesiones completamente distintas es justamente su afición -y pasión- por la buena comida lo que convirtió una conversación de años anteriores en un proyecto que este 2023 tomó la forma de su primer emprendimiento juntas en el que cada detalle, guarda una historia que muestra, además, el proceso que ha significado para ambas, invertir en sus propios sueños.
La Corvichería es el establecimiento que en julio pasado inauguraron las hermanas y ahora socias, Andrea y Denisse Gutiérrez Heupel, quienes buscan promover platos e ingredientes menos convencionales del recetario nacional. El verde es la estrella de su cafetería, ubicada en el c.c. Garzocentro, local 604-609 (frente a las oficinas del call Center), al norte de Guayaquil. Si bien este es su primer negocio juntas, para Andrea el rubro gastronómico no es desconocido. La guayaquileña fue propietaria del restaurante Oui Chef, en Salinas, restaurante que se dio a conocer en la localidad por su marcada propuesta de cocina francesa y que funcionó en el balneario desde el 2016 hasta el 2020, tiempo en el que se vio obligada a cerrarlo por la pandemia.
Esa experiencia culinaria de Andrea, que fue fortaleciendo desde que se formó en Francia donde vivió durante seis años; se fusiona armoniosamente con los conocimientos en marketing y administración de empresas que tiene Denisse. “Yo puedo no desenvolverme en la cocina como ella, pero sé toda la parte administrativa, financiera porque ya tenía 17 años de experiencia en empresas. Mi último cargo fue como jefe nacional de un producto para una multinacional”, detalla Denisse, de 36 años.
Con la parte creativa y numérica resuelta, las #corvichelovers -como se definen- decidieron darle un nuevo rol a esta sencilla preparación y convertirlo en el nuevo favorito de sus comensales. “Nosotras quisimos innovar con un plato típico costeño que es el corviche. Rescatarlo, porque generalmente lo encuentras en el puesto de la esquina, en la carreta. Entonces, le dimos un realce. La idea es realzar nuestros sabores costeños, mantener nuestros orígenes y tradición, por eso incluso el estilo de nuestra decoración (del establecimiento) es rústico. Porque eso es la Costa”, menciona Denisse.
Posicionar al corviche en las preferencias de las nuevas generaciones es parte también de su meta, admite. “Muchos jóvenes piensan que la única opción de desayuno es el bolón o el tigrillo, y mostrar nuevos platos es parte de trascender con nuestras preparaciones. En nuestras recetas usamos muchos ingredientes típicos pero perfeccionados con técnicas de otro tipo de cocina. Quisimos darle un valor agregado al corviche. Desde el emplatado, sentarse a disfrutarlo en un local y no comerlo sujetando un papel despacho, de pie, es parte de la experiencia que queremos ofrecer”, recalca Andrea.