Il Novo María del Luján. Volver al reencuentro con los clásicos.
Por Candelaria Lighezzolo, sommelier
Siempre creí que los restaurantes clásicos sólo maridan con comensales de gusto clásico. Estilo, platos y servicio inalterables con los años resultan perfectos para quienes gozan de lo seguro, de lo que les gusta -o les encanta- y aventurarse a propuestas nuevas es un riesgo innecesario. Y si de chicos pasamos aunque sea una vez por la experiencia de comer en “un clásico” y el tiempo pasó, y en esta ocasión nuestras salidas buscaron avanzar a los tiempos de la gastronomía, seguramente habremos esquivado reincidir lo conocido, a un clásico.
Pero supongo que debe ser como cuando somos chicos, que disfrutamos los rituales de las reuniones familiares, las rutinas domingueras que juntaban comida, abuelos, tíos, primos y tardes enteras, y que con el correr de las edades, cuando devenidos adolescentes ya no tenemos tantas ganas de sumarnos, hay mejores y nuevos planes. Y más tarde, reciclando etapas, queremos volver.
Algo así me estaba pasando con los restaurantes clásicos, entonces por qué no? prescindir de lo original, las sorpresas y el punto del salmón para regresar a viejos conocidos con esas mañas que salen ricas y disfrutar el gustito de volver
A ORILLAS DEL RÍO
Bien, inaugurando la sección volver, a orillas del río Luján el elegido fue “Il Novo María del Luján”.
En zona urbana de Tigre con vista natural este clásico tiene, por supuesto, salones amplios, vista al río, terraza y mantelería. Una carta extensa y variada con estilo mediterráneo, donde las estrellas son las pastas caseras, los mariscos y la pesca de mar y de río. Para mi, esto último vale la estrella, pescados de río como el Surubí, Dorado y Pacú en el menú.
Probé el Pacú grillado y con verduras al vapor -por supuesto- un plato simple y exquisito, textura, sabor y encanto en un ABC perfectamente logrado.
Carta de vinos ordenada por bodegas (desde ya) Catena Zapata, La Rural, Norton, Nieto Senetiner y a mi buena sorpresa -un lindo desliz- Viña Cobos (aunque sólo en tintos).
EXTRAS
Empanadas bien caseras, criollas y fritas con carne cortada a cuchillo, dicen que las rabas son las más pedidas; y en caso de que deseen una velada, los viernes música en vivo con piano para escuchar al compás un poco de jazz, bossa, tango y otros… clásicos.
La experiencia no defraudó mi curiosidad y reivindicó a estos tozudos y fuertes paradigmas, longevos titanes de la gastronomía.
RAZONES PARA COMER EN UN RESTAURANT CLÁSICO:
1) Si sos un comensal de gusto clásico;
2) El servicio: impecable (dicho sea de paso nuestro agradecimiento a Robinson) la informalidad de lo nuevo es un avance hasta que se transforma en un mal servicio y este síntoma fue casi inevitable en las nuevas tendencias gastronómicas.
3) No falla: algo que se prepara y repite casi por décadas difícilmente pueda salir mal.
4) La comodidad: Mesas amplias y cómodas, bien separadas de intimidades ajenas.
5) Sabores vintage: Volver a probar algunos platos que pasaron de moda pero en los clásicos son la moda.
6) Vinos: Toda bodega clásica tiene su vino infalible, la herencia que respalda su buen nombre y que estará siempre a la altura de la circunstancia.
7,8, 9 …) el gustito de volver.