DESTINOS

Echale la culpa a Rio, y conocelo

Situada en la costa occidental de la bahía de Guanabara, es la segunda ciudad más grande de Brasil y capital del estado de Río de Janeiro.


Las playas de Copacabana e Ipanema, los miradores de Pan de Azúcar y Cristo Redentor (una de las siete maravillas del mundo moderno), sierras y bosques tropicales, las fiestas de fin de año en Copacabana y la celebración del Carnaval, le dan fama internacional.

Cuenta con una excelente hotelería y gastronomía de alto nivel.

Uno de los destinos turísticos más visitados de Sudamérica.

 

La ciudad maravillosa

Río invita a pasarla bien. Siempre. Paraíso natural y urbano. Su mar, selva, sierras, ritmos de bossa nova y samba, hedonismo y relax recrean sentidos y generan bienestar.

Para gozarla a pleno es recomendable alojarse en la zona sur, por su contacto directo con el Océano Atlántico y el fácil traslado a sitios donde la apretada urbe expone gran belleza escenográfica.

 

Sofitel Río de Janeiro Copacabana, hotel de lujo localizado en la avenida Atlántica, potencia estadías. Habitaciones y suites muy confortables, excelentes vistas de Copacabana, proximidad a Ipanema, servicio de playa, gastronomía deliciosa, y los servicios y productos exclusivos del Club Millésime, jerarquizan el establecimiento.

Se destacan también su premiado restaurante Le Pré Catelan, con el menú amazónico en particular, y los festejos de Reveillón, por las panorámicas privilegiadas del evento y lo que ofrece puertas adentro. El restaurante Atlantis agasaja con el buffet premium del chef Roland Villard, y Le Pré Catelan, con un menú especial para celebrar la llegada del 2012.

Por su parte, el bar Horse’s Neck tendrá una fiesta alegre en un ambiente relajado, y el espacio Nighclub albergará a quienes hayan cenado en las instalaciones del hotel, coronando una velada inolvidable. Por todo ello, Sofitel Río de Janeiro Copacabana es un excelente anfitrión, y satisfacción garantizada.

 

Bien instalados, es hora de gozar las arenas, gran atributo carioca.

Copacabana, la playa más popular junto a Leme, amplia y familiar, yacen en una bahía flanqueada por el Fuerte de Copacabana a un lado y por el Morro de Leme y la eterna silueta del Pan de Azúcar, al otro. Enfrentadas a enormes edificios y establecimientos hoteleros, se destacan por su rambla ondeada en blanco y negro, bares y quioscos allí asentados, refrescantes palmeras, finas arenas doradas cubiertas de centros de musculación, canchas de fútbol 11, fútbol 7 y de vóley, hasta culminar en un mar de azul infinito.

Amigable en toda su extensión, convoca a gozar de la naturaleza en plena ciudad.

Lo mismo sucede con Ipanema y Leblon, de riberas angostas, con espacios para deportes y un panorama espectacular. Enmarcadas entre Arpoador, peñón que se interna en el mar, y el cincelado cerro Dos Hermanos, recubierto por la Favela Vidigal que lo disfraza de arbolito de Navidad cuando enciende sus luces, resguardan atardeceres magníficos. Allí Río impone su encantadora presencia.

Más opciones para disfrutar del sol y el mar son la playa Vermelha, en el barrio de Urca, a los pies del Pan de Azúcar y, un poco más alejadas, San Conrado, donde es común ver volar parapentistas, y Barra de Tijuca, de arenas limpias y aguas transparentes con olas perfectas. Todo el litoral propicia agradables jornadas playeras y, algo fundamental, esencia carioca. Es parte de su fascinación y sello distintivo, que la hacen una ciudad maravillosa.

Al combinarse con diversos sitios de interés, su impronta se amplifica a cada paso.

 

 

Llena de mil encantos

Río es playa, mucha vida al aire libre y una colección de paisajes memorables.

El cerro Corcovado y Pan de Azúcar lo dimensionan cabalmente.

A la cima del cerro Corcovado se puede ir en tren desde Cosme Velho, tras atravesar un empinado bosque tropical, lleva donde reina el Cristo Redentor y vistas inigualables de la  bahía de Guanabara, el estadio Maracaná, Pan de Azúcar, el Jardín Botánico, la laguna Rodrigo Freitas, el Jockey Club y el litoral con su intenso mar azul. Amerita la visita.

Pan de Azúcar, por su parte, deja ver las curvas perfectas de la bahía de Guanabara, interminables hileras de playas, fortalezas, edificios históricos y parte de la ciudad de Niteroi. Ambos miradores amplifican la belleza de la ciudad.

 

Ya en tierra, entre las sierras y el mar, la zona sur brinda más lugares encantadores para disfrutar de la naturaleza: la laguna Rodrigo Freitas, el Jardín Botánico y el Parque Nacional Tijuca.

La laguna, rodeada de parques, canchas de fútbol, pistas para caminatas, patinaje y bicicletas, atrae por el paisaje y su polo gastronómico, distribuido en quioscos, donde ofrecen desde comida alemana a japonesa, además de música en vivo por la noche.

El Jardín Botánico, entre los diez más importantes del mundo, agrada por sus llamativas orquídeas y palmeras imperiales que parecen trepar al cielo.

Finalmente, el Parque Nacional Tijuca, el mayor bosque urbano del mundo, se encuentra dividido en tres núcleos: Floresta de la Tijuca, Serra da Carioca y Piedra Bonita. Es Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. Transpira verde y contagia vida en cada uno de sus rincones.

 

A tamañas expresiones naturales deben añadirse manifestaciones históricas y culturales.

La zona norte, vecina al centro, refleja el pasado colonial. Edificaciones y monumentos salientes como el Palacio Imperial, las iglesias Do Carmo y Candelaria, el Palacio Tiradentes, el Monasterio São Bento, la Biblioteca Nacional, el Teatro Municipal y el Museo Nacional de Bellas Artes, descubren un valioso patrimonio arquitectónico.

Otros imperdibles del lugar son los barrios de Lapa y Santa Teresa.

Lapa se destaca por su acueducto romano con 42 arcos, construido en 1750, y hoy viaducto del tranvía (bondinho) que lleva a Santa Teresa, por la catedral metropolitana, de forma cónica y recubierta de refinados vitrales, y por sus noches vibrantes en la Rua Lavradio, punto de la diversión informal carioca.

Santa Teresa, epicentro de la bohemia y grandes escuelas de samba, apenas frecuentado por el turismo masivo, sobresale por su atmósfera cordial y estética colonial.

Río deslumbra donde sea, porque está llena de mil encantos.

 

 

Es el corazón de Brasil

Río se vanagloria por su naturaleza, cultura y eventos como el Reveillon y el Carnaval.

 

La noche del 31 de diciembre en Copacabana es de las más espectaculares del planeta.

El blanco es el color oficial de las ropas del Reveillon. Una multitud se congrega todos los años en la playa de Copacabana para dar la bienvenida al año nuevo. Este momento es una explosión de alegría y el punto cúlmine de los festejos. Se celebra con fuegos artificiales que se extienden a lo largo de 4 kilómetros de playa. Los lanzan desde unas balsas que están en el mar, a aproximadamente 300 metros de la línea costera. Antes del lanzamiento de los fuegos, hay una cuenta regresiva que ayuda a agitar a las personas y a convertir el momento en algo todavía más intenso. Las celebraciones continúan luego con conciertos y juerga asegurada toda la noche. Reveillon en Copacabana es una fiesta que merece la pena vivirse.

 

Por su parte, el Carnaval, uno de los más famosos del mundo, es visitado por turistas de todas las latitudes. La decoración de la ciudad, las escuelas de samba, los ensayos, los concursos de fantasías, la elección del rey Momo, la reina y las princesas, las espectaculares carrozas, las vestimentas y las desnudeces acordes con el clima cálido de la tierra, el movimiento y el ritmo, la música, la luz, la increíble acumulación de belleza, eso y más es el Carnaval de Río.

Cada año desfilan en el sambódromo las escuelas de samba que representan a barrios cariocas y ciudades del estado fluminense, las cuales deben cumplir un estricto reglamento. El jurado otorga calificaciones por cada aspecto exhibido en el desfile, y la escuela de samba que reúne mayor puntaje se corona campeona. Si bien la fiesta de carnaval más conocida de Río es el desfile del Grupo Especial que se realiza en el sambódromo, en toda la ciudad hay celebraciones con bandas y blocos callejeros, bailes populares, eventos privados, desfile de las escuelas de samba del Grupo de Acceso y el desfile de campeonas. Los ensayos de las escuelas de samba se pueden visitar todo el año.

 

En sus celebraciones de Reveillon y Carnaval, Río de Janeiro trasmite su carácter festivo, encargado de propiciar vivencias irrepetibles e inolvidables.

Elocuente en todas sus expresiones, queda claro por qué la ciudad maravillosa, llena de mil encantos y corazón de Brasil, aporta siempre un estado de alegría.

 

Datos útiles

 

Cómo llegar

Aéreo: Buenos Aires - Río de Janeiro: Latam Airlines, Aerolíneas Argentinas

 

Dónde alojarse

Sofitel Copacabana, Av. Atlántica 4240 (www.sofitel.com.br)

 

Dónde comer

Menú amazónico en el restaurante Le Pré Catelan, hotel Sofitel Copacabana (www.leprecatelan.com.br).

Shirley, Rua Gustavo Sampaio 610, Copacabana.

Tereze, Hotel Santa Teresa, Rua Almirante Alexandrino 660 (www.santa-teresa-hotel.com).

Sushi Leblon, Rua Dias Ferreira 256, Lagoa.

Azul Marinho, Rua Francisco Otaviano 177, Ipanema.

 

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