En las primeras décadas del siglo XXI el turismo se convirtió en uno de los motores de la economía de Cuba y una importante fuente de sus ingresos en divisas.
Sin embargo, los dos últimos años fueron realmente duros para este ámbito: primero, se produjo un fuerte descenso del flujo turístico debido al coronavirus y, tras su paulatina recuperación, se introdujeron sanciones contra Rusia, como consecuencia de las cuales se cancelaron vuelos directos a la isla. Cabe destacar que, ante la pandemia del COVID-19, los turistas rusos fueron los más numerosos en ese país caribeño el año pasado.
Tras el fuerte golpe a este sector crucial de la economía, La Habana intenta atraer a nuevos turistas y recuperar las cifras de visitantes procedentes de Europa y Canadá previas a la pandemia. En este sentido, los cigarros podrían ser uno de los factores más prometedores del crecimiento turístico. Y no solo como el producto en sí, sino también como una parte integral de la cultura: el tabaco para fumar llegó al Viejo Mundo desde Cuba.
La pandemia no detuvo las ventas
Además de su lugar en la cultura, los puros cubanos también son una importante fuente de ingresos para el presupuesto. Los exporta la corporación Habanos S.A., la mitad de cuyas acciones son propiedad de la empresa estatal cubana Cubatabaco.
Esa compañía distribuye 27 marcas premium de los cigarros, entre ellas Montecristo, H. Upmann, Cohiba, Romeo y Julieta, Partagas y Hoyo de Monterrey. Recientemente, Habanos S.A. comunicó que cerró el año 2021 con un aumento del 15% en las ventas, que alcanzaron 568 millones de dólares. Europa es el destino más popular para las exportaciones, con un 59% de las ventas, seguida de Asia (16%), América (14%) y África y Oriente Medio (11%).
En el contexto de los considerables ingresos de la venta de habanos para el presupuesto de Cuba, la idea de mostrar a los turistas lugares donde se cultivan sus materias primas y el proceso de su fabricación puede ser una buena ayuda para ganar dinero en tiempos difíciles, así como tendría un efecto favorable para el desarrollo de la región productora.
Pinar del Río o la "Cenicienta de Cuba"
Se considera que una de las mejores regiones de cultivo de tabaco del mundo es Vuelta Abajo, en la provincia de Pinar del Río al oeste de Cuba. La industria del tabaco comenzó a desarrollarse allí en la década de 1830. La temperatura, la humedad y el suelo resultaron perfectos para ese cultivo. Las plantaciones de tabaco cubren unas 25.000 hectáreas de la isla.
Además de Vuelta Abajo, existen otras cuatro regiones tabaqueras en el país: Semi Vuelta, Partido, Remedios y Oriente, pero el área pinareña, donde se encuentran más de la mitad de las plantaciones, es considerada la mejor.
En la primera mitad del siglo XX, Pinar del Río era conocida como la "Cenicienta de Cuba": una provincia muy bella y rica en paisajes, pero la más pobre económicamente, debido a que el desarrollo de las infraestructuras y la producción de azúcar (antaño motor de la economía cubana) se centraba en las regiones al este de La Habana. Hoy en día, aparte del sector agrícola, la región es bien conocida por el turismo. Un ejemplo notable es la pequeña ciudad norteña y el valle de Viñales, donde miles de turistas de Canadá y Europa se entretienen con paseos a caballo, escalada en roca y visitas a plantaciones de tabaco. Con los años, esa localidad se transformó: muchos de sus residentes ampliaron sus casas para alquilarlas a los visitantes y las autoridades locales ofrecieron un poco más de libertad económica. Ahora es uno de los destinos favoritos de los viajeros europeos en Cuba, fuera de las playas y la capital.
Nuevas posibilidades para la Ruta del Tabaco
El Ministerio de Turismo de Cuba y las agencias de viajes promueven ahora las visitas a la región de Pinar del Río a través de la Ruta del Tabaco, una ruta turística que reúne varias plantaciones. En una de esas fincas, que se ubica en el municipio de San Juan y Martínez, vive y trabaja Héctor Luis Prieto, uno de los más famosos hombres habanos (los agricultores cubanos que destacan en el arte del cultivo del tabaco).
"Hace ya un buen tiempo, alrededor de ocho años, estamos recibiendo a turistas en la finca. Nosotros vamos a contribuir también a que ese turista aprenda las labores, la cultura del tabaco, <…> donde tenga la oportunidad de tocar una hoja de tabaco, participar en la faena y que no aprenda la cultura del tabaco, como en otros momentos, en un libro o en un documental, sino que lo sienta, que lo viva. <…> Es importante que sepa <…> el valor de lo que tiene en sus manos. No solo el valor del tabaco, sino las actividades culturales, todo el trabajo, todo el amor y toda la dedicación que el campesino le pone al tabaco", explicó.
Prieto considera que dirigir los flujos turísticos a la región no es solo cuestión de beneficios hoy, sino también de oportunidades de desarrollo mañana. Este agricultor comunicó que las autoridades le autorizaron la construcción de un taller de fabricación de puros, que se harán directamente en el lugar.
"Es la primera escogida privada que se autoriza después de tantos años. <…> Siempre los productores que producen [materia prima]la venden a una empresa. Ahora yo voy a producir [puros], voy a beneficiar ese tabaco y se lo va a vender directamente a la industria. Ya quitaría el intermediario", señaló. La legislación cubana estipula que la mayor parte de la cosecha se vende a precios nominales al Estado. Pero el aumento de la capacidad de producir puros para la venta a partir del tabaco que conservan los campesinos es un nuevo impulso al desarrollo porque se quedan más ingresos en la región.
La Ruta del Tabaco ya recupera el número de visitantes tras el COVID-19, algunos de los cuales llegan a esa región por primera vez gracias al tabaco, en gran medida. Es probable que durante el verano y el otoño la provincia de Pinar del Río reciba a muchos turistas que deseen descubrir la parte de la cultura cubana vinculada al tabaco. En febrero de 2023, podría celebrarse el Festival del Habano de La Habana, que fue cancelado o realizado a distancia durante dos años consecutivos a causa de la pandemia. Ese evento reúne tradicionalmente a aficionados y expertos en habanos de diferentes países y permite a Cuba promocionar una de sus marcas comerciales más destacadas.