ENTREVISTAS

Córdoba como hub aeronaútico: una estrategia de conectividad federal

La Argentina enfrenta un problema estructural en su sistema aerocomercial: la centralización casi absoluta en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Hoy, más del 70% de los vuelos de cabotaje pasan por Aeroparque, generando ineficiencias, costos adicionales y tiempos de conexión poco competitivos.
En un país de más de 3.700 km de extensión, con polos turísticos y productivos en todas las regiones, la falta de conectividad transversal limita la integración y la competitividad. Un pasajero que desee volar de Mendoza a Posadas o de Salta a Bariloche suele verse obligado a pasar por Buenos Aires, duplicando el tiempo de viaje y saturando una infraestructura ya exigida.

Córdoba: ubicación y condiciones

Córdoba es la segunda ciudad más poblada del país, está en el centro geográfico del territorio y cuenta con un aeropuerto de escala internacional, con capacidad para recibir vuelos de gran porte y tecnología para operaciones seguras en distintas condiciones climáticas. La provincia posee además una industria aeronaútica instalada (FAdeA, empresas de mantenimiento y proveedores de servicios), lo que refuerza la viabilidad del proyecto.
Transformar a Córdoba en un hub aeronaútico de cabotaje permitiría replicar, en clave nacional, lo que Panamá logró a nivel regional con su “stopover”: un punto de conexión que optimiza flujos, reduce costos y genera valor agregado.

Ejemplos concretos de ahorro y oportunidades

Mendoza – Iguazú: hoy implica casi 6 horas de viaje con conexión en Aeroparque. Con un hub en Córdoba, el tiempo se reduciría a unas 3 horas (1h a Córdoba + 2h a Iguazú).
Salta – Bariloche: actualmente obliga a pasar por Buenos Aires con más de 7 horas totales. Con conexión vía Córdoba, se reduciría a menos de 4 horas.
Neuquén – Posadas: hoy con 1 o 2 escalas y más de 8 horas de espera. Con Córdoba, 4 horas de punta a punta.
Pero el potencial no se limita a las rutas más demandadas. También permitiría sumar vuelos directos desde provincias hoy aisladas del mapa aerocomercial, como:
La Pampa: conectada solo a Buenos Aires; desde Córdoba podría abrir rutas hacia Patagonia o Cuyo.
La Rioja y Catamarca: hoy con muy pocas frecuencias; un hub en Córdoba daría acceso directo al norte y sur sin pasar por la Capital.
Formosa y Chaco: con conectividad limitada, tendrían acceso a destinos turísticos clave como Mendoza, Bariloche o Ushuaia.
San Juan: aislada salvo por la conexión a Buenos Aires; Córdoba podría abrir nuevas oportunidades hacia el Litoral y la Patagonia.

Beneficios del modelo

Conectividad federal: acortar tiempos y distancias entre provincias sin depender de Buenos Aires.
Eficiencia operativa: optimización de rutas y menor gasto en combustible y horas de operación para aerolíneas.
Desarrollo turístico: Córdoba como nodo de tránsito con paquetes de “stopover” de 1 o 2 noches, potenciando su gastronomía, cultura y naturaleza.
Descongestión de Buenos Aires: reduciendo la presión sobre Aeroparque y Ezeiza.
Impulso a la economía local: mayor movimiento hotelero, gastronómico, logístico y de servicios.

Condiciones necesarias

Plan maestro de conectividad que defina a Córdoba como punto estratégico del mapa aéreo nacional.
Incentivos regulatorios para aerolíneas que desarrollen rutas “federales” con base en Córdoba.
Inversiones en infraestructura aeroportuaria y en servicios complementarios de calidad internacional.
Campaña de promoción que posicione a Córdoba como puerta de entrada y conexión hacia el interior.

Una visión de largo plazo

El desafío no es técnico, sino de decisión estratégica. Argentina tiene la oportunidad de diseñar un sistema aerocomercial verdaderamente federal, competitivo y eficiente. Córdoba reúne las condiciones objetivas para ser el centro de esa transformación.
Si Panamá, un país pequeño, logró convertirse en un referente global de conectividad aérea, Argentina no puede darse el lujo de seguir replicando un modelo hiperconcentrado en Buenos Aires. Apostar a Córdoba como hub de cabotaje sería un paso decisivo hacia una conectividad moderna y federal, acorde a la dimensión y el potencial del país.

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