Por las condiciones climáticas en esta cosecha 2019 se obtuvo muy buena calidad de granos en el Valle de Cafayate. En las uvas tintas el Malbec se destaca por su buen color, frescura e intensidad aromática; y en las blancas el Torrontés tuvo una óptima sanidad debido al clima seco.
El Porvenir de Cafayate, bodega de familia, anticipa vinos elegantes, balanceados, con notas frescas y delicadas como resultado de su cosecha 2019. “Fue un gran año para lograr Malbec armónicos, una variedad que ha dado excelentes ejemplares en la zona.”-expresa Lucía Romero Marcuzzi, Directora de El Porvenir de Cafayate y agrega: “Mientras que el Torrontés, cosechado en etapas más tempranas, nos dio un perfil cítrico y tropical, pero aun conservando la tipicidad de la cepa”.
El equipo técnico de la bodega, liderado por el Enólogo Paco Puga y el Ing. Agrónomo Daniel Guillén analizó la vendimia 2019: “La brotación en primavera se atrasó respecto al promedio de los registros y por eso esperábamos que la madurez y cosecha también estuvieran retrasadas. Sin embargo debido a las condiciones climáticas la madurez polifenólica alcanzó su punto óptimo anticipadamente, lo que permitió cosechar uvas que todavía preservaban muy buena frescura en boca y notas más complejas. De esta manera, la excelente acidez natural obtenida va a permitir una buena maduración en vasijas”.
El 2019 fue uno de los veranos más cálidos de los últimos 20 años en el Valle, esto adelantó la madurez polifenólica en los tintos y permitió una cosecha anticipada con tenores de acidez y azúcar ideales. En este escenario, de las variedades cultivadas, los especialistas destacan por su excepcional versatilidad al Malbec: “Es una variedad muy adaptada al suelo y clima, que a pesar de darnos una gran variabilidad de estilos de acuerdo al terroir donde se lo plante, al clima de cada año, y especialmente al manejo que se le dé; nos brinda siempre altas calidades que se destacan por sobre el resto”.
El Malbec es una de las cepas que la bodega investiga su evolución en la zona plantándolo en diferentes suelos y alturas. De las distintas fincas en observación Daniel Guillén destaca una: “Por sus aromas exóticos la finca Alto Los Cuises nos da un Malbec distinto a todo lo que he probado. Combina la fruta con lo salvaje del lugar, concentrado pero a la vez muy delicado”.
En cuanto al Torrontés, una de las variedades emblemáticas de Cafayate, tuvo una muy buena performance. “Los años secos siempre dan Torrontés de excelente sanidad y calidad, con lo cual pudimos diagramar la cosecha en función al diseño del vino que teníamos en mente”–explica Paco Puca y agrega: “A esta variedad la cosechamos en 3 momentos diferentes, desde mediados de Febrero hasta mediados de Marzo, para conseguir frescura, volumen de boca y tipicidad.”
Daniel Guillén (Ing. Agrónomo), Lucía Romero Marcuzzi (Directora) y Paco Puga (Enólogo) en búsqueda de la mejor expresión del terroir en Salta.
La bodega -que elabora escasas partidas de vinos de alta calidad- cuenta con 90 has de viñedos propios a 1.850 msnm, ubicados en el Valle de Cafayate, un terroir único por su clima extremo y su marcada amplitud térmica, consecuencia de la altura.
Desde hace algunos años, El Porvenir de Cafayate viene realizando estudios de suelos con geólogos, y calicatas en cada una de las fincas con el objetivo de conocer en profundidad las cualidades de los diferentes suelos. Con este conocimiento, la bodega logró identificar los suelos más pobres y con más piedra con el fin de adelantar allí la cosecha, dado que son los primeros en madurar, y también pudo sectorizar -dentro de una misma parcela- los diferentes momentos de cosecha.
“Este año en la finca Alto Rio Seco hicimos un mapeo de electroconductividad de suelo para manejar el riego y los manejos de forma diferencial. Luego la cosecha se hizo delimitando esas áreas y se fermentó por separado para poder evaluar las diferencias de los micro terroirs”-adelanta Paco Puga, enólogo de esta prestigiosa bodega salteña que se ha trazado el objetivo de investigar las diferentes expresiones de su terruño.
“Esta ha sido una excelente cosecha. Estamos muy contentos con los resultados y con el trabajo del equipo que lideran Paco y Daniel. Estoy segura que vamos a poder mostrar cada vez mejor el terroir único de Cafayate con vinos que realmente reflejen el lugar de donde provienen, la influencia de la altura, la montaña y los suelos.” – concluye Lucía Romero Marcuzzi.
En línea con esta búsqueda de calidad la bodega inició desde hace 3 años un plan de inversiones en infraestructura por el cual incrementó su capacidad de producción. Así El Porvenir de Cafayate incorporó los novedosos huevos y piletas de cemento destinados a investigación y desarrollo de nuevos vinos, reafirmando el espíritu de innovación e investigación que caracteriza a esta prestigiosa bodega salteña.