HOTELES

COLGADOS EN VACACIONES

En Holanda se puede dormir en lo alto y por todo lo alto en dos lugares tan diferentes como la cosmopolita Ámsterdam y la norteña ciudad de Harlingen, en un hotel grúa. El último de los modelos hoteleros para pasar un extravagante fin de semana.


El primero de estos hoteles grúa o grúas hoteles se inauguró en 2003 en la pequeña ciudad de Harlingen, en la provincia de Frisia, al norte del país; y el último, que se abrió el pasado 20 de diciembre, está ubicado en Amsterdam: el grúa hotel Faralda.


El de Harlingen, ubicado en el muelle industrial del puerto de la ciudad, cuenta con la peculiaridad de tener una única suite para dos personas, que se ubica en la antigua sala de mando de la grúa, y está situada a 17 metros de altura. Una cuidada decoración y tecnología puntera suavizan el aspecto industrial de este original hotel, en el que pasar la noche por algo menos de 300 euros. El segundo, situado en el distrito norte de Amsterdam, ofrece tres habitaciones de lujo a una altura de entre 35 y 50 metros, por un mínimo de 525 dólares (unos 385 euros) la noche, con jacuzzi y desayuno con champán incluidos.


Hotel de lujo original


El original hotel de lujo de Ámsterdam es resultado del empeño del empresario Edwin Kormann Rudi, quien quiso salvar de una destrucción asegurada la última grúa que quedaba en pie del astillero NDSM, que tras una época de esplendor en los años 50, cerró sus puertas a finales de los ochenta. “Las grúas se destruyeron o desaparecieron, hasta que finalmente solamente una de ellas determinó el horizonte en altura: la grúa 13, de hecho un número de la suerte, hoy convertida en el hotel Faralda NDSM”, explica Kormann.


Ubicada en su localización original, la construcción marca en altura el horizonte de la isla a la orilla del río Ij, que poco a poco ha ido abandonando su carácter industrial del pasado para convertirse en una zona muy requerida como ubicación de empresas multinacionales, innovadores cafés y restaurantes, y una actividad cultural creciente dominada en verano por el festival NDSM.


Para contribuir a ese ambiente, Kormann incluyó en el proyecto la construcción de un estudio de televisión localizado a la altura de diez metros con el que la propuesta, cuya partida presupuestaria supera los 2,25 millones de dólares (1,65 millones de euros), reforzaba su rentabilidad.


En el aire, pero seguro


En dos años y medio, el empresario, de 50 años, implicó a más de 30 empresas, superó obstáculos burocráticos y requisitos de seguridad, trasladó la grúa en partes al norte del país para su reparación e, incluso, tuvo de descartar la posibilidad de que en el terreno hubiese enterrada una supuesta bomba de antaño. “Me llamaron del ayuntamiento para decirme que podía haber una bomba, hicimos los estudios, levantamos el terreno y no se encontró nada”, dijo.


El cumplimiento de las normas de seguridad ha aportado un elemento añadido de atracción al hotel grúa, cuya parte superior gira con el viento para favorecer la estabilidad de la construcción, especialmente cuando sopla muy fuerte.


“En ningún otro lugar del mundo hay una grúa monumental como ésta, en ningún otro encuentras un hotel que gira en invierno, está a 50 metros de altura, tienes desayuno con champán y tiene en la parte más alta dos jacuzzi, desde donde se ven el agua y la ciudad de Amsterdam”, sintetiza el promotor.

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