Azul es la ciudad donde podemos ver conjugarse todas aquellas cosas que hicieron grande a Argentina. Conjugan en sus calles la tradición y el crecimiento llevados de la mano del arte, la cultura y la religión.
La naturaleza también ha sido una bendición para este espacio en la Provincia de Buenos Aires, y la llenó de sierras y llanuras, campos y arroyos.
Cómo llegar:
La distancia desde Buenos Aires es de casi 300 km. Si se va en auto, se toma la Autopista Ricchieri hasta la Ruta Nacional 205, hacia Cañuelas y después tomar la Ruta 3.
Las empresas de ómnibus que van hasta allí son: Plaza, Plusmar, La Estrella, Pullman General Belgrano.
Dónde hospedarse:
Loma Pampa es un acogedor espacio de solo 8 habitaciones con piscina, cancha de tenis, granja y cabalgatas. Chacras de Azcona funciona en una antigua casona de campo y combina descanso con actividades al aire libre. Ofrecen cabalgatas, recoger frutos de estación, talleres varios, cancha de golf, rugby, tenis, tiro al blanco y pileta climatizada. Si se anima, pruebe con los vuelos de bautismo en aeroplano. Gran Hotel Azul tiene habitaciones de distintas categorías y la posibilidad de realizarse tratamientos de belleza.
Dónde comer:
Abuela dime: no hay comida como la casera y, si la hace la nona, mejor! Esta es la propuesta de esta esquina histórica de Azul. Posta Azul es un restaurant y fábrica de chacinados que recibirá al visitante en la mixtura perfecta entre calidez y rusticidad. El Andén es uno de los más jóvenes reductos gastronómicos. Sugerimos probar la colita de cuadril a la lombarda. Puerto Verde quizás sea el más elegante y su ubicación es ideal para el día y la noche, frente al arroyo Callvú Leovú, para probar su cocina internacional. Punto Argentino, inmerso en los campos de Chacras de Azcona, marida perfectamente la carta extensa de vinos con la gastronomíaa.
Qué hacer:
Se proponen cuatro circuitos: el arquitectónico de Salamone y sus tres presencias más opulentes: la estatua del General San Martín, la portada del parque municipal D.F. Sarmiento y la portada del cementerio. Inevitable ver el Palacio Municipal inaugurado en 1886 y perderse en el símbolo de la prosperidad del SXX que es el Paseo Bolivar.
El artístico-cultural comienza con el museo etnográfico Squirru, la biblioteca popular y Casa Ronco y el Teatro Español que funciona desde 1897. Pero sigue por toda la ciudad, como por ejemplo en Ferro Club Azul Museo que otrora funcionó como cabina de señales ferroviarias. Del religioso se destaca la Gruta y Parroquia “Nuestra Señora de Lourdes”, es réplica fiel de la existente en Francia.
Sin dudas uno de los emblemas de la ciudad es el hecho de que desde 2007 se lleva a cabo El Festival Cervantino de Azul que nació, tras ser declarada ésta como Ciudad Cervantina de la Argentina por parte de la UNESCO ese mismo año.
En una casa, construida en 1883 en la intersección de las calles San Martin y Rivadavia, descansa la colección de ediciones de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha más grande del país y una de las más importantes de América.
El artífice de esa colección fue Bartolomé J. Ronco, un abogado porteño que se instaló en Azul cuando se casó con una azuleña, María de las Nieves Clara Giménez. Este edificio fue donado a la Biblioteca Popular de Azul, luego de la muerte de ambos.
Ronco junto más de 300 ediciones del Quijote, a las que se sumaron más de 200 hasta el día de hoy. La casa funciona como Museo. Luego de un trabajo realizado en conjunto por la Biblioteca, la Municipalidad y la Casa Ronco, Azul recibió el título de Ciudad Cervantina de la Argentina.
Sin dudas, el circuito natural se impone con un recorrido por la costanera y una visita al balneario municipal y el espacio para el turismo aventura en Boca de las Sierras.