ENTREVISTAS

Aerolíneas, una empresa víctima de la depredación gremial

Argentina es víctima de un sindicalismo corrupto y autoritario que destruye todo lo que toca. No piensa en el futuro, piensa a corto plazo y, en consecuencia, no apuesta al desarrollo sino a la depredación.


por José Lucas Magioncalda*


Lo que ocurre en Aerolíneas Argentinas con los paros salvajes y con los discursos políticos de los pilotos dentro de los aviones, es una muestra de ello.

Mucho han luchado los gremios y un importante sector de la sociedad argentina para que la línea de bandera no se privatizara y, una vez privatizada, para que volviera a manos del estado. Al respecto hay diversas opiniones, pero dado que los viajes aéreos no son un producto de primera necesidad que utilicen los argentinos más desaventajados, podríamos decir que, en términos de  redistribución del ingreso, una línea aérea estatal deficitaria, no hace otra cosa que sacarle a los pobres para beneficiar a los ricos.

Lo cierto es que Aerolíneas Argentinas se encuentra privatizada de hecho. Operan como si fuesen sus dueños los gremios de la aeronavegación. Estos sindicatos deciden cuando vuelan los aviones, y suspenden vuelos cada vez con más frecuencia. Más aún, los comandantes de aeronaves que por ley desarrollan funciones públicas dentro de los aviones, y que prestan un servicio financiado por el Estado Nacional, utilizan los bienes y servicios que son de todos, para bajar una línea política facciosa a pasajeros que, de este modo, se transforman en rehenes ideológicos de la tripulación.

¿Habrá, en este contexto, nacionales y extranjeros dispuestos a viajar en Aerolíneas Argentinas? ¿Habrá argentinos que sientan como propia una empresa que, sindicatos mediante, incumple reiteradamente con sus obligaciones y deja a los pasajeros de a pie?

De las respuestas a estas preguntas sólo podría sacarse una conclusión: la política depredatoria de un gremio que solo atiende sus privilegios y pone a la empresa al servicio de la oposición kirchnerista hará caer la demanda de pasajes y terminará por destruir a la empresa.

El gobierno tiene la decisión: luchar contra los gremios autoritarios para salvar a la aerolínea de bandera o dejarla morir de a poco, a manos de éstos.

(*) Coautor de la denuncia penal realizada contra los pilotos que realizaron arengas políticas dirigidas a los pasajeros.

 

 

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