"La fuente de la autoestima", una recopilación de ensayos y discursos de la escritora afroamericana Toni Morrison, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 1993 y el Pulitzer en 1988, pone de manifiesto a través de cuestiones como el racismo, la depredación del lenguaje o el empoderamiento femenino, la vigencia de la autora que el próximo viernes hubiese cumplido 90 años.
El volumen que editó Lumen reúne textos en los que están presentes los rasgos distintivos y los vasos comunicantes de la obra de Morrison: la denuncia del racismo y el fascismo, la defensa de la lengua, la integración de la cultura afroamericana y la reivindicación del papel de la mujer en la sociedad.
"La fuente de la autoestima" está estructurado en dos partes: "La patria del forastero" y "El lenguaje de Dios", articuladas por un interludio: "Materia(s) negras(s)". Los textos provienen de discursos que la autora pronunció en diversas universidades, el Congreso de la Asociación de Periódicos de Estados Unidos de 1995, la conferencia organizada por Amnistía Internacional en Edimburgo en 2004, el Simposio sobre el Bicentenario de los Estados Unidos de América de la Iglesia Luterana e incluso el discurso de aceptación del Premio Nobel, pronunciado en Estocolmo el 7 de diciembre de 1993.
Ante públicos de lo más diversos, desde académicos suecos a miembros de un credo, periodistas o jóvenes estudiantes más o menos próximos a graduarse, Morrison examina la historia mundial, la religión, la filosofía, el racismo, el antisemitismo, la femineidad, la guerra y el papel de los escritores.
"Algunos traumas sufridos por determinados pueblos son tan profundos, tan crueles, que, a diferencia del dinero, a diferencia de la venganza, incluso a diferencia de la justicia o de los derechos, o de la buena voluntad de los demás, solos los escritores logran traducirlos y transformar el dolor en significado para aguzar la imaginación moral. Para la humanidad, la vida y la obra de un escritor no son un regalo, sino una necesidad", asegura la autora de "La canción de Salomon".
En los textos reunidos en este volumen, la escritora escribe en torno a la necesidad de "reforzar la lucha contra el fomento de la ignorancia, el silencio forzoso y las mentiras". En "La patria del forastero" denuncia los peligros de la globalización: la espectacularización de la vida privada y la "americanización" del mundo occidental. "A pesar de ser algo histórico, el prejuicio racial no es ni en absoluto , ni inevitable, ni inmutable. Tiene un principio, un desarrollo, una historia que puede estudiarse. Y puede tener un final", argumenta luego Morrison en el texto "La mención de una raza".
"Para la humanidad, la vida y la obra de un escritor no son un regalo, sino una necesidad".
El lenguaje y la violencia de la que es objeto es el tema principal del discurso que leyó la escritora cuando recibió el Premio Nobel. "El saqueo sistemático del lenguaje puede ser reconocido como la tendencia de sus hablantes a renunciar a sus matizadas, complejas y mayéuticas propiedades para usarlo como medio de amenaza y subyugación. El lenguaje opresivo hace más que representar la violencia: es violencia", destaca.
Luego, se anima a enumerar esas operaciones que se realizan a través de la palabra: "Lenguaje sexista, lenguaje racista, lenguaje teísta son todas formas típicas de las políticas de lenguaje del dominio, que no pueden y no permiten nuevos conocimientos ni el encuentro de nuevos intercambios de ideas".
En sus ensayos y discursos, la autora de "Beloved" también repasa el lugar de la mujer en la sociedad ("Pese a la aprobación de algunas leyes progresistas y al aumento de la presencia femenina en la esfera política, y pese al porcentaje de mujeres inscritas en el censo electoral, nadie pone en duda que la política la hacen los hombres para los hombres") y se anima a denunciar las divisiones entre los distintos feminismos.
Pero a veces se repliega en su propia obra y ofrece claves para su comprensión: "Lo que pretendo que haga mi literatura es animar al lector a participar de forma activa de la experiencia no narrativa y no literaria del texto".
En estos pasajes, los textos de Morrison no solo son espejo de sus novelas, en cuanto al reflejo de sus tópicos habituales, sino que también se convierten en metaliteratura de sus ficciones. Por eso algunos críticos han querido ver en "La fuente de la autoestima" como una suerte de testamento literario, en la que sus palabras no pierden actualidad y son capaces de reflejar la desmesura y el autoritarismo de la era Trump en los Estados Unidos.
Su vida y su obra
Morrison fue la primera mujer afroamericana que ganó un premio Nobel de Literatura.
Nació el 8 de febrero de 1931 en Lorain, Ohio, con el nombre de Chloe Ardelia Wofford, pero cuando inició su carrera literaria adoptó un seudónimo que unía un apelativo de la infancia con el apellido de su primer esposo. Con esa identidad, fue la portavoz en sus novelas de las injusticias sobre la población negra estadounidense pero también rescató las supersticiones, los sueños y las tradiciones de sus antepasados, que le contaba su abuela.
Hija de un obrero del acero y un ama de casa tuvo una infancia pobre y en su adolescencia trabajó como empleada doméstica. Luego se graduó en filología inglesa, y construyó una carrera de seis décadas, en la que escribió once novelas, cinco libros para niños, dos obras de teatro, un ciclo de canciones y una ópera, y fue también profesora en diferentes universidades. En 1964, ingresó como editora literaria en Random House, Nueva York, donde su carrera comenzó a tener un nuevo despliegue.
Allí, Morrison se convirtió en una apasionada difusora de los autores afroamericanos, como Henry Dumas, Toni Cade Bambara, Angela Davis y Gayl Jones, y a partir de la década de los 70, pudo comenzar a publicar sus obras, que hasta ese momento habían sido ignoradas. "Siempre quise ser una lectora, no pensaba en ser escritora. Creía que todo lo que era necesario escribir ya se había escrito, o se escribiría. Sólo escribí mi primer libro porque tuve la sensación de que ese libro faltaba, no existía, y quería leerlo cuando estuviese terminado. Soy una lectora muy buena", expresó alguna vez.
Discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura
Ganó el Nobel en 1993, por "su arte narrativo impregnado de fuerza visionaria y poesía ofrece una pintura viva de un aspecto esencial de la realidad norteamericana", según el veredicto de la Academia Sueca. "Yo escribo para, acerca de y sobre gente negra. Y si lo que escribo es lo suficientemente bueno, va a ser leído y apreciado por gente que no es afroamericana. Esa es la manera sencilla de explicarlo. Pero también hay una cuestión central: creo que somos interesantes", aseguró en una entrevista, por aquella época..
Tras una carrera de seis décadas, pasó a la historia no solo por recibir el Nobel, sino también por recibir el Premio Nacional de la Crítica a "La canción de Salomón" (1977), el Pulitzer a "Beloved" (1988), el éxito de público y crítica con "Jazz" (1992) y por ser miembro de la Academia Americana de las Artes y las Letras y del Consejo Nacional de las Artes.
Murió a los 88 años el 6 de agosto de 2019 en un hospital de Nueva York. "Morrison fue por delante, llevándonos al futuro, como la luz de un faro", la describió su colega también afroamericana Zadie Smith. "Ella lideraba y nosotros la seguíamos: nos enseñó la belleza del lenguaje y el poder que se desata cuando se une a un gran corazón y a una mente feroz", la despidió por su parte el angloindio Salman Rushdie.
El próximo viernes, la escritora habría celebrado su 90 cumpleaños. En honor a su vida y su legado literario, en los Estados Unidos habrá un programa de conferencias, lecturas, dramaturgia, becas y presentaciones de canto y baile, algunas de ellas de modo virtual, en aulas, campus universitarios, bibliotecas y centros comunitarios, cuyo cronograma puede consultarse en la web de The Toni Morrison Society.(https://www.tonimorrisonsociety.org/).