A 70 km de Rosario, 240 km de CABA y 468 km de Córdoba se encuentra San Nicolás de los Arroyos, una propuesta para disfrutar de un fin de semana rodeado de un ambiente natural, realizar actividades al aire libre y con propuestas culturales para toda la familia.

 

 

Cuando se busca vivir experiencias que despejen de la rutina pero no se tienen muchos días para tomar vacaciones hay varias opciones de escapada que resultan ideales. En este caso, San Nicolás, además de ser elegida para una desconexión de la rutina diaria cercana a la gran ciudad, goza los atractivos naturales que valen la pena conocer y volver a visitar.

 

Actividades al aire libre

 

Uno de sus puntos de visita destacados es el Eco Parque, paseo que no deja de encantar a turistas y locales. A pocos metros del casco céntrico, donde termina el paseo costanero comienza una nueva versión de la ciudad. La puerta de ingreso que pone punto de partida al recorrido dentro de este espacio natural se abre todos los días a las 7:00 am.

 

El trayecto tiene un circuito aeróbico de 7km y los senderos que costean las diferentes lagunas copian las curvas del arroyo Yaguarón. A lo largo del camino la cartelería informativa acompaña a quienes estén interesados en las distintas especies, en revivir leyendas populares y conocer particularidades que conviven entre la costa y la barranca.

 

En plena temporada de vacaciones de verano, los deportes acuáticos tienen gran popularidad, es por eso que otra actividad impulsada por San Nicolás es “Be Water”. La misma se encuentra en la “Estación Descubrí”, que además de tener el espacio “Multiaventuras'', donde se alquilan bicicletas, ofrece alquiler de kayaks para navegar en el río, y también tablas de SUP para realizar surf a remo.

 

Gastronomía y cultura

 

Otro de los atractivos que tiene este destino es que, más allá de las vistas que regala el Paraná, resulta ideal para realizar caminatas alrededor del centro urbano. En el área, es posible encontrarse con diversas propuestas, se trate de vistosos cafés, casas de té o cualquiera de los rincones menos conocidos de su circuito gastronómico, situado en las cercanías de la Plaza Mitre.

 

El lugar también se presta para pasear y descubrir casualmente verdaderos hitos culturales como la Casa Barco Irupé, el Teatro Rafael de Aguiar o el emblemático Santuario de la Virgen. Rodeando la iglesia, se puede percibir la calidez de los nicoleños entre un sinfín de coloridos puestos que representan una de las postales más características de la ciudad.

 

Entre los puntos distintivos, se destaca una misteriosa construcción. Un edificio lleno de historia, sí, al igual que la Casa del Acuerdo, aunque signado por el secretismo que se les atribuye a sus ocupantes. Ellos, que son sólo hombres, integran la logia Unión y Amistad N° 10 y están a cargo del espacio, también conocido como el Templo Masónico de San Nicolás.

 

 

Historia

 

Situado sobre la calle De la Nación 80, en pleno centro nicoleño, se encuentra el Templo Masónico que dio pie a la creación de entidades como el Club de Regatas, aún vigente y representativo de San Nicolás; la primera sucursal del Banco Provincia en el interior de Buenos Aires, inaugurada en 1863; y el Centro Científico Literario. Incluso, en 1917, publicó diversas revistas de alcance zonal, como “Unión y Amistad” y “Lautaro”.

 

Así mismo entre los espacios históricos se encuentra El Teatro Municipal Rafael de Aguiar considerado uno de los principales teatros líricos del país y se caracteriza por su excelente condición acústica, su diseño, arquitectura e historia. En el año 2011 fue declarado Monumento Histórico Nacional. También frente a la Plaza Mitre se puede visitar la Catedral de San Nicolás.

 

San Nicolás de los Arroyos es una ciudad que propone combinar actividades al aire libre, deportes, cultura y destacadas opciones de alojamiento y gastronomía para quienes busquen una escapada cerca y distinta. Extendiéndose sobre el Río Paraná, es fácil acceder por Ruta Nacional 9 desde Córdoba, Rosario o Buenos Aires. Además, invita a despejarse y a desconectar de la rutina durante un fin de semana en familia o con amigos.