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Las corridas de toros como motor del turismo

Visitar una plaza de toros es para cualquier turista una actividad más dentro de un city tour en aquellas ciudades españolas donde se practica la tauromaquia.

Por Leandro Peres Lerea

Aunque ya las corridas de toros no generan el mismo ingreso que en el pasado, aún siguen siendo un motor de crecimiento económico para las provincias de España.

Una celebración taurina es todo un espectáculo digno de admirar, muchos piensan que las corridas de toros solo se disfrutan en la Plaza de Toros pero la verdad es que esta práctica es mucho más amplia de lo que parece.

La gente se viste para ir a la plaza de toros, idolatra a los toreros y se genera una gala alrededor de la actividad, digna de cualquier deporte de elite, y quizás más aún.

Este tipo de celebración no se limita a “torear”, los bares cercanos a los eventos, las ferias previas y posteriores al toreo generan mucho ingreso de dinero al país; tanto que increíblemente supera al cine.

La venta de bebidas alcohólicas es un ingreso extra durante las fiestas porque es común beber cervezas entre amigos mientras se observan los espectáculos o luego beber un par de copas para celebrar el triunfo de los toreros.

Además, muchos bares de tapas y restaurantes españoles decoran sus recintos con posters o pancartas haciendo alusión a los eventos taurinos que se celebran en las zonas con motivo de generar más visitas a sus locales.

Cada vez son menos los españoles que acuden a las corridas de toros pero siguen siendo una cifra considerable porque la tradición pasa de abuelos a hijos y nietos que desde pequeños desean ser toreros o al menos ocupar algún cargo entre las filas taurinas porque cualquier puesto genera dinero y prestigio familiar.

La crianza de “los toros bravos” que son la raza específica para hacer los eventos taurinos genera mucho dinero, es difícil estimar cuánto cuesta velar por el desarrollo completo de un toro que en su vida adulta se presente en el ruedo. Las personas especializadas en la vigilancia del desarrollo de esta raza predilecta en España genera muchos puestos de trabajo desde la cómida animal hasta el cuidado físico de los mismos que son criados exclusivamente para las corridas.

En España existen centenares de fincas dedicadas al cuido de la raza brava que requiere de maestría y conocimiento ancestral para poder enviar al toro perfecto a la Plaza.

La práctica taurina genera muchos puestos de trabajo indirectos en la población española, mantener las Plazas de toros fijas y las Plazas ambulantes son un arduo trabajo que requiere de mucha mano de obra. Las gradas de los espectadores siempre deben estar en perfecto estado para un espectáculo memorable y las instalaciones de la plaza donde está el toro y el torero debe tener un amplio cuidado de suelo.

Mantener esta práctica es un trabajo difícil pero que está bien compensado con el costo de las entradas para ver un espectáculo de ese tipo. El precio puede variar demasiado, existe una gran diferencia entre una corrida de toros en una plaza de pueblo a una celebrada en una plaza mayor; en un lugar de tercera una entrada barata puede costar casi 3 euros, las de más calidad con mejores vistas pueden alcanzar los 8 euros y por estar en primera plana en una espectáculo bien organizado en una buena Plaza puede superar fácilmente los 200 euros.

Los españoles no son los únicos interesados en asistir a las ferias taurinas que se celebran a lo largo y ancho de la península ibérica, el turismo cumple un papel fundamental en la economía que sustenta el auge taurino.

Millones de euros gana la industria hotelera al año de forma directa por los muchos turistas que vienen a España única y exclusivamente para presenciar una corrida de toros. Quizás estas personas hayan asistido con anterioridad a una en sus países de origen pero desean verdaderamente experimentar una feria en una Plaza española dónde los toreros son los mejores del mundo.

Los turistas provenientes de Francia, Inglaterra y países de Sudamérica son los más interesados en asistir a los eventos taurinos y están dispuestos a vivir una temporada taurina como se debe; disfrutando de buenas tapas, sangría española, hoteles de lujo cercanos a las Plazas y asistiendo a las corridas con mucho entusiasmo para apreciar la inmensa habilidad de los toreros más prestigiosos de toda España que exponen su vida en el ruedo para lidiar con el toro llenos de arte y destreza.

Pese a las movidas para impedirlas, definitivamente en España se viven las mejores corridas de toros del mundo y aunque ha decaído en los últimos años en un 8%, sigue siendo la principal elección turística y de ocio.

La industria taurina sigue en pie y apuesta por un futuro lleno de triunfos y crecimiento económico para España.

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