Estas medidas implicarán también cobrar aparte por el equipaje de cabina -bolso o carry-on de hasta 8 kilos de peso- en su tarifa más económica (Promo); mientras que en la siguiente categoría tarifaria (Base) dejó de incluir el equipaje despachado en bodega de hasta 15 kilos, por el que ahora hay que pagar extra.
Por lo tanto, ahora los vuelos de cabotaje solo incluyen en el precio un artículo personal de hasta 3 kilos, lo que equivale a una cartera o una mochila pequeña, pero ya no el carry-on. Y los de la tarifa inmediatamente superior incluyen ese artículo personal más un carry-on de hasta 8 kilos, pero ya no el equipaje despachado en bodega.
De esta manera, la posibilidad de llevar artículo personal más carry-on y equipaje despachado quedó reservada para las tres categorías tarifarias más altas, “Plus”, “Flex” y “Premium Economy”, que suman otros beneficios.
El cobro por la elección de los asientos también será aplicado en el corto plazo, aunque primero “hay que esperar a que se acomode el sistema”, explican en la empresa.
“La competencia cobra el equipaje y nosotros lo estamos regalando. Cuando se pueda adaptar el sistema también vamos a empezar a cobrar asientos. Tenemos que optimizar y tratar de sacar la mayor ventaja posible”, justifican en Aerolíneas, que desde diciembre está a cargo de Fabián Lombardo.
Por otro lado, habrá una aplicación para cargas, otro de los grandes déficit de la línea aérea; y se espera una caída del 20% en la oferta de vuelos de abril a junio, por la temporada baja.
En cuanto a los retiros voluntarios, desde el 1 de marzo ya hubo 503 anotados para dejar la compañía a cambio
